Hoy hemos tenido la oportunidad de mantener una reunión corporativa con un alto responsable de turismo de Córdoba. Charlando sobre diferentes cuestiones, planteábamos una de las firmes convicciones que mantenemos desde hace muchos años. El gran problema de nuestra ciudad es que no sabemos vender nuestra ciudad, y en este siglo se necesitan hacer uso de las nuevas técnicas de comunicación, para venderla mucho mejor de lo que hemos hecho hasta ahora. Y esta una de las cuestiones que jamás hemos entendido, ¿por qué Córdoba, la ciudad más importante que haya tenido el territorio actualmente español en su historia, no es tan conocida ni visitada que otras ciudades españolas? Si hablas de España, a los visitantes les vendrían a la mente ciudades o lugares españoles como Madrid, Barcelona, Sevilla, Granada, Málaga, Mallorca o Canarias, todas ellas seguramente, antes que Córdoba. ¿Razones? La carencia histórica de no haber querido (seguramante) o no haber sabido, mostrar al mundo los secretos y encantos que guarda Córdoba. En estos tiempos que corren, sencillamente nos hace falta una enorme campaña de comunicación larga y paciente. En la era de Internet, la imagen es clave y es una de las variables de éxito que han de conjugarse en el "posicionamiento" de cualquier "producto", si se quiere tener éxito, y en el caso que nos ocupa, el del turismo en Córdoba, más si cabe. En un mundo cada vez con menos tiempo, y literalmente, miles de destinos a los que acudir, potenciar la imagen de un destino, debe ser necesariamente una de las prioridades en las políticas activas de nuestra ciudad. Sin embargo, desde nuestro punto de vista se cae muchísimas veces en el mismo error. Sólo somos capaces de vender la Mezquita y poco más. Con una ciudad que tienes miles de bienes protegidos en sus catalogados por parte de la Gerencia de Urbanismo en su casco histórico, ¿cómo podemos caer en el error de sólo vender el entorno de la Mezquita y los tan manidos arcos? El considerado como mejor alcalde de Córdoba en el Siglo XX, Antonio Cruz Conde, tuvo este hecho claro y propició la creación de imágenes cautivadoras de la atención de las personas, y que Córdoba pasara de ser una ciudad que sólo contaba con dos hoteles, a ser una de las orimeras ciudades en recibir más visitantes de España. ¿Cómo lo hizo? Entre otras actuaciones, ambientó la Calleja de la Hoguera y la Calleja de las Flores, de tal manera, que ésta con el paso del tiempo, llegó a convertirse en una de los imágenes que los visitantes a Córdoba más se le puede quedar en su retina. Y eso desde nuestro punto de vista, es alguna de las cuestiones en las que la ciudad de Córdoba debe trabajar de una manera más ardua. Vender otra imagen de Córdoba, que no sea la de los arcos del interior de la Mezquita Catedral, ni la ya nombrada Calleja de las Flores.
Para nosotros, si tuviéramos que potenciar alguno, diríamos sin lugar a dudas, el atardecer en el río Guadalquivir. Cuando conceptualizamos Blobject, solicitamos al ayuntamiento de la ciudad parkings repartidos por la ciudad. Dos de ellos, están situados de una manera estratégica para contemplar Córdoba desde otro punto de vista, uno en el Balcón del Guadalquivir y el otro, en el entorno de la Torre de la Calahorra. Las vistas, especialmente la de los atardeceres es espectacular, tal y como por estos lares hemos recogido en alguna ocasión, y desde nuestro punto de vista, ofrecen una imagen de Córdoba de las que se guardan en la retina.