Invitado por mi cada vez más apreciado amigo Luis Rull, el pasado viernes tuve la oportunidad de intervenir en el EBE hablando del yo cuantificado, o lo que es lo mismo, la tendencia cada vez más creciente de la recopilación de datos personales gracias a la existencia de todo tipo de sensores que son capaces de recopilarlos. Con un auditorio a rebosar y siguiendo en escena a Pau García fundador de EyeOS, departí durante 25 minutos sobre qué es eso del yo cuantificado y de cuáles son las consecuencias que vienen al respecto.
La charla tuvo bastante repercursión en Twitter donde algunos médicos presentes en la sala mostraron su disconformidad con algunos de mis comentarios al respecto de cómo los sistemas de información van a ser mejores diagnosticadores de enfermedades de las personas. Es más, tuve la oportunidad de departir durante media hora con Ruth Maya sobre mi visión, que no es otra que la de los que creemos en el transhumanismo y en la llegada de la singularidad y es que el aceleramiento progresivo de la tecnología va a permitir que muchas de las funciones que llevan a cabo actualmente los médicos, lo puedan hacer de manera óptima por parte de las máquinas. Pero sobre todo, con uno de los tweets que me quedo es con el de @agamazo , que no es otra que cuando hablamos del big data todos vemos las oportunidades, pero que cuando este big data se aplica a las personas, entra un enorme desasosiego así como miedo por adentrarnos en un mundo del cual no tenemos nada claro los escenarios que pueden llegar a plantearse.
Mi tesis final es que la salud debe ser considerada como una tecnología de la información, esto es una ciencia de la recopilación de datos, su correcta interpretación así como su posterior gestión. En el momento en que entendiéramos la salud como una tecnología de la información, la aproximación para mejorarla, máxime en un contexto tan difícil como el actual, sería más que factible. PS. En los próximos días publicaré la conferencia una vez se suba a la web de EBE