Dice Kurzweil, y con mucha razón, que el hombre tiene un pensamiento lineal, que no es capaz de anticiparse de manera certera a lo que le depara el futuro. Normal. Cuando proyectamos en el futuro, no somos capaces de imaginarnos las consecuencias de los avances que en los últimos tiempos hemos dado y de las consecuencias sociales de estos. La gente, cuando analiza el fenómeno de Internet, se queda en el plano anecdótico, no en el categórico y no entienden que Internet es un nuevo ámbito donde la Humanidad se va a mover, como el entorno natural que nos rodea. Y ese pensamiento lineal es el que pervive en la inmensa mayoría de análisis del e-book frente al libro tradicional.
El libro es escritura, porque eso es la literatura, el arte de las palabras escritas. Y cuando hablamos de palabras escritas, los elementos multimedia no aparecen, a lo sumo, algún grabado, imagen o fotografía. El libro por tanto viene definido por su propio soporte, el papel. Sin embargo, los formatos digitales, donde un ejemplo es el Kindle, otro el iPad o cualquiera de las decenas de lectores de libros digitales, tienen de manera inherente la posibilidad de incorporar todo tipo de formatos audiovisuales, recreaciones, imágenes, vídeos y demás. Esto no es literatura, es un nuevo género artístico el que tenemos en ciernes y del que hasta ahora, no hemos visto absolutamente nada.
El ebook actual es la versión 0.1 de lo que serán las versiones 1.0 / 2.0 y sucesivas de este nuevo género: la nueva manera de contar historias, donde las sensaciones que se transmiten serán muy diferentes, en muchísimos casos mejores, para contar historias. Por eso, cuando se compara el ebook frente al libro tradicional, en muchas facetas el libro tradicional es mucho mejor, aunque no como dice Prada en su último artículo.
Sin embargo, existen muchos libros actuales que, tal y como están contados, son intrínsecamente peores en la comprensión del mismo, que los futuras publicaciones electrónicas. Por ejemplo, el último libro que he leído, El Asedio de Pérez-Reverte, trata sobre varias intrahistorias que tienen lugar en la Cádíz de 1811, mientras es asediada por los franceses en la Guerra de la Independencia. El libro, muy bueno por otra parte, narra entre otras, las distancias recorridas por los proyectiles, los diferentes cálculos que el capitán de Artillería francés realiza para alcanzar 3.000 toesas, los diferentes recorridos que el inspector de policía Tizón realiza localizando las muertes de jóvenes, o tlas diferentes travesías que el balandro con patente de corso realiza por el golfo de Cádiz.
A modo de guía, se incluyen en las páginas iniciales dos mapas antiguos de la propia ciudad de Cádiz así como del golfo de Cádiz.
[/caption]Cualquiera de estas situaciones narradas exclusivamente mediante palabras, no son fáciles de comprender por parte del lector. Con una cadena de tecnicismo, alarde de conocimiento naútico, pero de imposible comprensión para el 99% de los lectores, es fácil caer en la tentación de saltarse algunos párrafos de explicación del mismo. Sin embargo, si éstas incluyeran la utilización de elementos multimedia y mapas, de tal manera que pudieran mostrar para mayor comprensión del lector, los conceptos que intenta transmitir de manera animada, como por ejemplo el cálculo de distancias para los bombardeos del libro, utilizando gráficos animados, lo ameno pero sobre todo, la mayor comprensión del libro serían muy muy muy superiores; otro ejemplo, los itinerarios seguidos por el policía, permitirá, mediante la combinación de mapas web y superposición de capas de realidad aumentada (lo que en su día hicimos en Blobject con las imágenes antiguas de la ciudad), sería sublime.
O como último ejemplo, proveer de enlaces directos a las ediciones de los periódicos nombrados por el propio libro, facilitarían una lectura mucho más natural. La combinación de todos esos nuevas características, supondrán una experiencia totalemente diferente, a la que hoy en día nos ofrecen los libros. Muy superior en muchísimos ámbitos (mayor comprensión del lector) aunuqe menor en otros (el ejercicio de la imaginación y de la abstracción sería muchísimo menor). Mientras que en un libro, todo está basado en palabras, este nuevo género en formato digital, estará basado en la combinación de mapas, movimientos dinámicos, inclusión de gráficos y hasta de experiencias sensoriales geolocalizadas etc. El SDK de Kindle, no anticipa que esto vaya a ser muy rápido, pero que seguramente en 10 años tengamos mainstream una nueva manera de contar historias, quedando el libro físico, cada vez más relegado a los libros escritos con anterioridad al 2020 y con una audiencia fundamentalmente de inmigrantes y bárbaros digitales.