Leo estupefacto las declaraciones de dos políticas de la Comunidad de Madrid criticando a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid por haber publicado los resultados de las pruebas que se hicieron a más de 53.000 alumnos de 1.208 centros de 6º de Primaria (11-12 años).
La portavoz de Educación de IU, Vaquero viene a decir que "Es totalmente injusto, además de falso, que por la realización de una prueba de estas características se 'ponga nota' al trabajo de toda la comunidad educativa en un centro". Además de que se hiciera púbilco el nombre de los mejores colegios y por eliminiación de los peores, afirmaba que "es muy desmoralizador para los profesores y las familias".
Por otra parte, la representante del PSOE indicaba que "no es necesario para medir el nivel del alumnado madrileño y además tiene unas consecuencias nefastas para los centros con las peores notas" así como que la publicación de los resultados como "completamente inútil e innecesario para evaluar el nivel del alumnado en su conjunto".
O sea, que los padres no tienen derecho a saber el nivel educativo de los colegios de la comunidad de Madrid para que posteriormente puedan dedicir en función de los mismos, sobre dónde quieren llevar a sus hijos. Se podrá criticar la metodología y la carencia de datos como inversión por alumno de cada uno de los centros, pero conocer los datos educativos, son un derecho de los padres y de los ciudadanos y eso es lo que parece que no se entiende.
¿Que harían si conocieran la iniciativa anglosajona Rate my teacher? Pedirían su clausura directamente.
Datar es aproximarnos a conocer de manera óptima la realidad educativa de los colegios. El siglo XX ha venido caracterizado por el capital relacional y el boca a boca en muchos casos sesgado de cuáles eran los mejores centros educativos para llevar a los alumnos en una ciudad. Ahora, que se tiene la oportunidad de datar y distribuir entre los padres, estos políticos niegan la posibilidad de que podamos interpretar los datos y tomar decisiones en función de los mismos. ¿Tan difícil es de entender?