Sugerente el título del artículo de Worldchanging sobre la utilización de la calle como la plataforma y que ahonda en algunas de las tendencias que hemos hablado por aquí alguna que otra vez. Una de las consecuencias es la cada vez más creciente utilización de la ciudad como interfaz. Del mainframe al PC y de éste al móvil, parece adivinarse que la siguiente frontera natural en cuanto a interfaces es la propia ciudad.
Actualmente podemos relacionarnos con nuestros amigos, con nuestro entorno, con nuestra empresa, con la televisión, etc. pero siempre, siempre, a través de un interfaz como el televisor, móvil, ordenador, portátil, entre otros. Nuestros edificios, nuestras calles, nuestros jardines, son la próxima frontera. Aunque esto ya se viene haciendo desde hace muchos años en Times Square y que se encuentra cada vez más extendido en los países asiáticos, la información desplegada es meramente publicitaria e informativa, esto es, una extensión más de formatos televisivos. Sin embargo, dentro de pocos años veremos cómo la ciudad comienza a ser entendida cada vez más como una interfaz en sí misma de información y todos los elementos tanto públicos como privados comienzan a entenderse como soportes de información. ¿Nos imaginamos una ciudad donde los edificios son concebidos como los productos de Ambient Devices? Para ello todavía queda un largo trecho, pero mientras tanto, pequeños avances en diferentes industrias pueden ir dándose Desde hace ya un par de años vengo hablando con diferentes personas del sector turístico tanto en Córdoba como Sevilla sobre la necesidad de incorporar la tecnología de la recomendación en los negocios de restauración. Nuestra experiencia en Blobject desde el año 2006 en este sentido siempre ha sido excelente. Mientras la gran mayoría de viajeros planifican la estancia en un hotel concreto cuando van a una ciudad, utilizando muchios de ellos sistemas de recomendación tipo Booking, pocas personas lo utilizan aún para los restaurantes. Planificar tiene un coste de tiempo, y en la economía de la atención, para muchos es muy costoso. Es por ello que me planteo qué ocurriría si acercáramos esta información a los establecimientos Cuando paseamos por una calle que no es nuestra ciudad nos topamos con restaurantes que muestran la carta de precios en las mesas o bien colgadas en su pared, así como en algunos casos, los "poco conocidos" tenedores. Con clientes cada vez más informados, ofrecer esa información no da gran valor. En una franja de gasto asumible, quiero saber cómo de bueno o no es un restaurante en función de las opiniones de otros clientes como yo que hayan acudido al mismo.
¿Qué ocurriría sin embargo si estos establecimientos mostraran las impresiones que han tenido otros comensales, preferiblemente comensales locales que conocen la relación calidad-precio del establecimiento, y pudiéramos tenerlas, a disposición no sólo a través de una interfaz web sino en la propia pared de entrada al restaurante? Pensemos en las entradas a nuestros restaurantes como una nube de opiniones, al estilo de la que tenemos en Blobject, pero aplicada a cualquier restaurante. Ahora, agrega estos datos a nivel local, y realmente podremos decir si una ciudad ofrece una buena gastronomía o no, además de compararla con otras ciudades. Más allá de los tópicos y de marketing vigesimónico eslóganes de la ciudades, la información se impondrá. Sólo aquellas ciudades que sean lo suficientemente inteligentes y sean visionarias podrán ser capaces de aprovechar la oportunidad. ¿Lo sabremos hacer en Córdoba?