Hace poco manteníamos una conversación informal con dos amigos sobre cómo el acceso continuo y continuado a la información que antes era desconocida, podía ser un revulsivo en muchos frentes. En la conversación nos referimos a la web de Chicagocrime.org y sobre cómo la policía de Chicago reportaba georeferenciadamente todo tipo de delitos que se producían en la ciudad y de la que comentamos algo por aquí. Para mucha gente esta información puede ser un arma de doble filo, ya que podría llegar a cundir el pánico en cualquier tipo de información que se pudiera ofrecer, así como del poco interés político por conocer esos datos. Sin embargo, cuando ves como ya hay una website como Incident Log que monitoriza, no sólo los crímenes que se producen en Chicago, sino las decenas de organismos públicos estadounidenses que están utilizando herramientas como GoogleMaps, la tendencia es más que inevitable. Juan Freire haciendose eco de nuestro post sobre Chicagocrime comentaba lo siguiente sobre las posibilidades que las informaciones georeferenciadas ofrecerían a las ciudades: Especulando un poco, podríamos pasar de un modelo de atracción basado en los incentivos económicos (o sea, subvenciones) a otro basado en la información que permita a los inversores (o a los turistas) de decidir la localización más apropiada para su negocio (o para sus vacaciones). Por supuesto, este tipo de herramientas también favorece la toma de decisiones sobre la selección de un lugar de implantación dentro de una ciudad mejorando la eficacia de los agentes económicos dentro la ciudad. Y es que Lógico. Antes o después este tipo de datos van a ser utilizados para realizar todo tipo de aplicaciones que se integren en los actuales plataformas de negocio para dar todo tipo de nuevos servicios y para la toma de decisiones, y ésto, le guste o no a los poderes públicos, la sociedad civil conseguirá imponerlo. El geoposicionamiento de nuestros datos serán vitales en un futuro a medio plazo. En menos de 5 años tendremos información sobre los accidentes de tráfico que ha habido en la N-IV en el último años antes de emprender un viaje hacia Madrid, y el asistente GPS nos informará de cuántos accidentes ha habido en un kilómetro determinado, a qué media de velocidad iba y de cómo uno se está acercando al peligro o no. En cuanto los poderes públicos abran esa información, la sociedad comenzará a tomar decisiones en función de históricos, tal y como llevan haciendo las aseguradoras y bancos desde hace decenas de años.