Hoy ha salido publicada la entrevista que El Dia de Córdoba nos hizo hace unas semanas. El espíritu de la misma no puede ser más claro: tenemos todas las oportunidades del mundo para ser lo que queramos ser en Córdoba. ¿Lo lograremos? Nosotros apostamos realmente por el conocimiento que es el único que nos puede permitir situarnos en la vanguardia de la Sociedad del Conocimiento. Hint: El artículo lleva un comentario aparte sobre el banco en el cual trabajé durante dos años y medio, que fue el Commerce Bank de St.Louis que no el Bank of St.Louis. Autor de 'La Pastilla Roja', el primer libro de software libre editado en castellano, Romeo aboga por este sistema alternativo abanderado por Linux que se desmarca del monopolio de la sociedad de la información por las grandes empresas y concibe la red como un servicio público que impulsa el desarrollo. -¿Qué posibilidades se abren en Córdoba con las nuevas tecnologías? -Todas. Es más, para mí las tecnologías de la información son la única salida que tenemos dada nuestra situación de parálisis. A pesar de que Córdoba es uno de los términos municipales más grandes de España, no disponemos de suelo industrial, algo que muestra el escaso futuro que tiene el sector. La última revolución que nos tocó vivir -la industrial- estaba basada en el control de los medios de producción, es decir, en el capital. Sin embargo, la revolución actual -la tecnológica- viene caracterizada por el conocimiento. Aquella ciudad que posea el conocimiento y lo capitalice se convertirá en un centro de innovación y ésa es la oportunidad que Córdoba debe aprovechar. Las tecnologías de la información ofrecen la capacidad de aprovecharnos de nuestro capital más importante, que es el conocimiento. Todo es cuestión de visión, ni más ni menos. -¿Aprovecha la ciudad las nuevas tecnologías? -Desgraciadamente no hemos visto en Córdoba ningún avance hasta ahora. Sin embargo, lo importante es que aún está a tiempo de apuntarse a ellas. El asunto es saber hacia dónde vamos a avanzar como sociedad. Quien lo entienda e instale las infraestructuras necesarias para ello, lo conseguirá. -Los teóricos de la Sociedad de la Información advierten de la brecha digital entre inforricos e infopobres, ¿en qué categoría se encuentra Córdoba? -Haría una simple reflexión. Hace tres semanas los vecinos de la Ajerquía denunciaban cómo una población de 30.000 personas en el casco antiguo de Córdoba no tenían acceso a Internet debido a la carencia de infraestructuras. Eso es lo que no se puede permitir que ocurra en una ciudad. Disponer de los medios necesarios y fomentar su uso nos permitiría poder optar a convertirnos en lo que yo llamo un centro de innovación del siglo XXI. -¿Qué opina de la Segunda Modernización que propugna la Junta de Andalucía? -Yo haría esta pregunta: ¿Alguien ha visto en Córdoba la primera? Ahora parece ser que avanzamos algo más con la reciente construcción de nuevas infraestructuras públicas, como son los puentes de Miraflores o de Andalucía. Pero ojo, se trata de déficit históricos y no por tenerlos ahora nos debemos sentir satisfechos. Cuando Córdoba es la quinta ciudad con más de 50.000 habitantes en lo que se refiere a tasa de paro, yo no me siento para nada orgulloso de esta modernización. Andalucía continúa siendo una de las regiones más pobres de la Unión Europea y su nivel de convergencia con el continente no llega ni al 80 por ciento, cuando la media española se acerca al 90 por ciento. -Usted es uno de los precursores del software libre. ¿Qué ofrece este sistema alternativo? ¿Cuáles han sido las conclusiones de la Conferencia Mundial de esta materia que se ha celebrado en Málaga y en la que usted ha participado? -El software libre se define como aquel que tiene la libertad de ser estudiado, copiado, distribuido y modificado por el usuario. Hoy nos encontramos en un mundo en el que la tecnología forma parte de nuestras vidas diarias y la libertad sólo la ofrece el software libre, que nos permite construir nuestro futuro de una manera independiente y, lo que es más importante, estratégica. Lo que es totalmente ilógico es que el conocimiento tecnológico quede en manos de un grupo reducido de personas que trabaja en una empresa concreta y que el resto de la población esté obligado a depender de ellas. Renunciar al software libre en el siglo XXI sería como haber renunciado a escribir con la llegada de la imprenta en el siglo XV. La Conferencia Mundial que se ha celebrado en Málaga, que ha sido todo un éxito de asistencia, ha dejado claro que el software libre es una realidad tecnológica y su implantación es una mera cuestión comercial. -Hablemos de política, un tema recurrente en estos días. ¿Qué partido político es más sensible con las nuevas tecnologías? -Habría que empezar diciendo que la sociedad hacia la que avanzamos cambia el concepto de partidos políticos. La entrada en la Sociedad del Conocimiento es un principio político como lo fue a principios del siglo pasado el voto de las mujeres. Por eso no podemos hablar de partidos que ofrezcan más salidas para las tecnologías, sino que debemos hablar de políticos inteligentes que entienden de qué va esto. En estos últimos años he tenido la oportunidad de conocer a políticos muy sensibles como a José Carlos Alarcón, de la asociación Desarrollo de la Sociedad de la Información de Andalucía; a Esteban González Pons, consejero de Educación de la Comunidad Valenciana, que ha apostado por el software libre como base del futuro educativo; a Víctor Sánchez, alcalde de Atarfe, que gracias a su visión ha logrado que un pueblo de 13.000 habitantes tenga acceso a Internet con suficiente ancho de banda; o a Luis Millán, consejero de Educación, Ciencia y Tecnología de la Junta de Extremadura, que ha protagonizado la mayor implantación de software libre en el sector educativo a nivel mundial. Nacido en Córdoba hace 29 años, Alfredo Romeo se formó en el colegio Cervantes y en ETEA, desde donde dio el salto a la universidad norteamericana St. Louis University. Allí finalizó sus estudios de Finanzas y se incorporó en 1998 al Commerce Bank of St. Louis como analista financiero. En el año 2000 puso en marcha en España el proyecto Bichako, que promete revolucionar el modelo de distribución y promoción musical pero aún no dispone de financiación. En 2002 fundó una consultora tecnológica de software libre -Openservice- y un año después escribió el primer libro en castellano de esta materia, La pastilla roja, junto al presidente de Hispalinux, Juan Tomás García. (www.lapastillaroja.net)