A finales del Siglo XIX existía un cobrador de deudas en la ciudad de Córdoba, muy popular, llamado El Tío Rayo. El Tío Rayo era conocido por ser un hombre extremadamente cortés y educado, así como por tener un alto porcentaje efectivo de cobro de deudas. El método que utilizaba era pregonar a toda aquella persona con la cual se encontraba que Fulano le debía a Zutano "x" pesetas, por lo que el moroso, en aras de poder parar al vocero, pagaba sus dedudas de la manera más rápida posible. La llegada de la red como en otras muchas cuestiones ha supuesto que este boca a oreja, puede llevarse hasta el extremo, con la diferencia, de que siempre quedará registrado, si asi o decide el emisor y/o el receptor, esa información en la red...y ésto tiene unas más que enormes complicaciones. Actualmente existen registros de morosos crediticios como el ASNEF o el RAI, los cuales son utilizados por entidades financieras y de otra índole, para poder prevenir de alguna manera de los profesionales de los morosos (esto no quita que se produzcan casos de aberraciones en cuanto a este tipo de registros sobre todo en el sector de las telecomunicaciones). Estos archivos son totalmente cerrados y enfocados a sus clientes de pago. Si no sólo nos enfocamos a los morosos, sino que extendemos a las empresas y en cómo hacen negocios entre las mismas, una base de conocimiento se crearía, realizada por todo tipo de empresas. Imaginemos por ejemplo que las empresas reportaran lo que una empresa determinada tarda en pagar, o la mala experiencia que se ha tenido con un proveedor "x". Algo de ésto lo estamos viendo que está ocurriendo en las relaciones entre las empresas y sus usuarios. ¿Qué ocurriría si quien reportara su cabreo con una empresa determinada, no fuera un cliente individual de consumo, sino una empresa? ¿Qué ocurriría si esta plataforma de conocimiento fuera totalmente abierto, y enfocado a que las empresas tuvieran cuidadao a la hora de hacer negocios con determinadas empresas? Imaginemos que antes de decidir qué empresa de reformas contrataríamos para reformar nuestro local, pudiéramos buscar entre las empresas de reformas que mejor puntuación hubieran recibido en anteriores trabajos. El incremento en el nivel de servicio producido por este hecho sería más que notable, y no existiría mejor certificado de calidad, que encontrarse en los primeros puestos del ranking. Este servicio permitiría que una selección de mejores se estableciera entre las empresas de un sector, especialmente las más profesionales. Si esto ya empieza a ocurrir entre los consumidores con respecto a todos los establecimientos turísticos donde pueden ser votados la valía de unos y otros, ¿cómo no llegará este tipo de sistemas de recomendaciones y reputaciones a todo tipo de industrias? En el sector turístico parece que de alguna manera ha empezado a ocurrir...pero ¿cuándo veremos ese tipo de sistemas de reputación en otro tipo de industrias? ¿Qué tipo de industrias serán las más proclives en que empresas puedan compartir ese tipo de información, de sus proveedores, en aras de recibir un mejor servicio? El futuro nos traerá iniciativas sectoriales de este tipo y en ello tendrán que jugar un papel fundamental las asociaciones empresariales. Directamente proporcional, la entrada de este tipo de sistemas, con la reducción de costes de aprovisionamiento por parte de los asociados. PS: Para comentarios, nos vemos en Blobject.net