Como comentábamos ayer, hemos vuelto de la Linux World Summit que se celebraba en Madrid y dónde hemos tenido la oportunidad de hablar como ejemplo de software libre e innovación, de Blobject. Con una asistencia de unas 80 personas, hemos tenido la oportunidad de explicar porqué para nosotros el software libre ha supuesto la creación de una empresa en el siglo XXI. La verdad que ha estado muy entretenida y muy muy amena, al menos como me han transmitido algunos de los asistentes. Como sabía que en el viaje de vuelta en AVE de 1.45 iba a tener tiempo de reflexionar pausadamente y mirando las preciosas vistas de la dehesa del norte de la provincia de Córdoba, nos hemos llevado impreso, de las oficinas de Juantomas al que también rendimos visita, un artículo de Anthony Townsend sobre redes inalámbricas municipales. Escribe Townsend de la necesidad que tienen las ciudades de plantearse el futuro de sus propias redes de telecomunicaciones, haciendo especial hincapié en determinadas áreas que según él, necesitan de una especial atención y que están apartadas del actual rol del despliegue de este tipo de redes. Este análisis lo hace desde una óptica de los próximos 5 a 10 años, pero que según él, son muy importantes y se están obviando en el actual análisis. * Garantizar el rol del ciudadano como proveedor de contenido Townsend hace hincapié en que las redes que se desplieguen permitan que los ciudadanos puedan convertirse en proveedores de contenido, mediante su conectividad de un modo gratuito. Sin duda alguna esta es una de las características que nos encontramos en los modelos de negocio de la Web 2.0. Todo es gratis para determinados clientes obteniendo los ingresos de terceros, normalmente servicios premium o por publicidad. Aunque el rol del ciudadano será de gran proveedor de contenido local en un futuro, ésto sólo ocurrirá dentro de muchos años de una manera generalizada. La razón no es otra que la evolución de la usabilidad en este tipo de aparatos y la llegada de una generación totalmente digital, a lo que en España por lo menos nos quedan 10 años. * Encontrar un balance entre la privacidad y las posibilidades de ser localizado Desde luego que una de las grandes cuestiones que aún quedan por ser validadas de una manera clara es el de la privacidad en la existencia de este tipo de redes. El despliegue constante de todo tipo de cámaras existentes en la inmensa mayoría de las ciudades va a ser tal, que la existencia de un gran hermano público, será una realidad en los próximos años. Se tendrá la posibilidad de tener feeds de sitios donde hayan estado personas y todo aquella persona que quiera ser monitorizada, será totalmente posible, sin tener que invertir más en despliegues policiales físicos. Es por eso que Townsend de alguna manera llama la atención sobre este aspecto y sobre el que nosotros Estamos totalmente de acuerdo. Por mucho que nos guste la tecnología, que nos apasione la Sociedad del Conocimiento, el anonimato de una persona y su opción de estar totalmente OFF, es un derecho inalienable y eso va a ser una lucha terrible que se batallará en los próximos años. Al igual que la trazabilidad de internautas y de usuarios de teléfonos móviles es ya una realidad, la de las personas que andan por la calle será técnicamente posible de una manera automatizada y sin intervención humana en los próximos 5 años. Seguir a un sospechoso que ha salido de una joyería tras un asalto, y ser seguido por las cámaras existentes en toda una ciudad dejando a éste sin escape, será una realidad dentro de muy poco y cuando se tenga esta posibilidad se implementará. Sin embargo, ahí de nuevo nuestra privacidad estará en peligro. ¿Bajo qué criterios un sistema de este tipo podrá seguir a un individuo? Los próximos diez años habremos de averiguar todo ésto * Permitiendo la Internet de las cosas La internet de las cosas no es otra cosa que la posibilidad de tener en red todo tipo de objetos. Eso es básicamente lo que Sterling comenzó llamando Spimes, y otros, como Julian Bleecker han preferido llamarles Blogjects. Ambos términos básicamente se refieren a lo mismo, todo tipo de cosas que son capaces de almacenar información sobre su estado pasado y presente, siendo almacenable y distribuible. Townsend señala que se ha de permitir comenzar a experimentar con todo tipo de tecnologías que permitan esa Internet de las cosas. Esta Internet de las cosas nos traerá un mundo radicalmente nuevo, en el cual tenemos información sobre todo tipo de cuestiones que tengamos a nuestro alrededor. En el caso de las ciudades, hablaríamos sobre todo tipo de mobiliario urbano, inmobiliario urbano, atmósfera, así como la flora y fauna de la ciudad. Una de las enormes posibilidades que vemos en el futuro de las ciudades, es el incremento de la fuente de ingresos para el Ayuntamiento basados en la "Internet de las cosas". Gracias a la existencia de redes inalámbricas ubicuas, será muy fácil el poder esponsorizar por parte de individuos y de empresas e instituciones, muchos de los actuales elementos que constituyen una ciudad. Hace dos años leíamos sobre un proyecto en Nueva York que hablaba sobre cómo determinadas palomas de la ciudad llevaban una etiqueta RFID que les permitía poder ser seguidas, mediante un complejo entramado de cámaras equipadas con lectores de radiofrecuencia en los rascacielos de la ciudad. No es difícil imaginar el apadrinamiento de pájaros en los Sotos de la Albolafia (parque natural urbano de Córdoba) utilizando este tipo de tecnologías. Una empresa o institucion apadrinaría ese pájaro con cuyos ingresos se sufragarían las reformas necesarias para el mantenimiento de la ciudad. La institución podría seguir perfectamente los hábitos de este animal, consiguiendo todo tipo de información sobre él. Esa información serviría en determinados casos para la monetización de la estancia de un pájaro en Córdoba durante sus migraciones. ¿Y si lo aplicarámos a los árboles? Imaginemos que queremos arreglar un parque concreto, en Córdoba por ejemplo, Conde de Vallellano que se están haciendo ahora mismo. ¿Cómo financiarlo? Se podrían subastar el cuidado de un árbol, de un seto o de un camino, al igual que hacen en Estados Unidos con las carreteras, obteniendo todo tipo de información extraída mediante sensores de temperatura, crecimiento, densidad, estado de sequedad, del estado del árbol. La creación y despliegue de redes municipales, debe ser una obligación por parte de todo tipo de ciudades en España. Es una cuestión de desarrollo socioeconómico el que se permita estas implantaciones, no ya mediante el ahorro de impuestos por un uso municipal de los mismos, sino como fuente de ingresos para el futuro como veíamos. Son enormes las posibilidades que se tienen, sólo hay que entender un poco, que las infraestructuras wireless municipales, es la implantación de la red eléctrica a finales del siglo XIX. La diferencia con respecto a antes, que no es una cuestión de capital, sino de conocimiento, y eso, es lo que más adolecemos en estas tierras.