Una de las consencuencias sociales que trae la implantación de las tecnologías móviles entre los ciudadanos, es que una comunidad de personas conectadas mediante móviles es sencillamente casi imparable. Analizábamos este hecho tras el 13M y de cómo una multitud de personas conectadas mediante móviles eran capaces de influir de una manera decisiva en un vuelco electoral acosando a las sedes del Partido Popular. Pero este poder lo comentábamos hace más de dos años en una conferencia en Granada y hace casi en un año en una tertulia en la Cadena Ser como se iba a utilizar en las concentraciones de jóvenes que realizan botellones: Otro de los temas que hemos abordado en la tertulia ha sido el botellón y sobre las nuevas medidas que la Junta de Andalucía ha introducido en aras de cortar de raíz las concentraciones juveniles. Para nosotros, poco van a poder hacer los poderes públicos en este tema. Es sólo poner un parche. El problema estriba mucho más en los valores existentes. A la gente se la trae al pairo…y ojo, que si los jóvenes se organizan mediante móviles como ya han demostrado en otra ciudad como Sevilla, ni las mayores medidas represivas podrán hacer nada por pararlos… Hoy en El Mundo se habla de los botellones procesionarios, o lo que es lo mismo, cómo los jóvenes se van de un lugar a otro de la ciudad ante la aparición de la policía, y no nos cabe la menor duda, de que esto está potenciado por los móviles. ¿Cómo se podrá lidiar con ésto? Nadie lo sabe, pero es una manera de mostrarnos cómo las consecuencias sociales de la red están aquí, que llevan a afectar decisivamente la vida diaria de las personas y de que la gestión local tiene que cambiar de un modo radical sabiendo analizar y capitalizar el poder de las redes. Ahora, ¿qué partido político entiende ésto?