Uno de los clásicos problemas que se encuentran industrias con tecnología avanzada, es el problema de la pescadilla que se muerde la cola. No ofertamos un determinado producto porque no existe la demanda; y no se demanda un producto, porque no se oferta. Ante este paradigma, la penetración de determinadas tecnologías se ralentizan, como es el caso Telematics. Hasta que no se produce el efecto red o el tippin' point que llaman otros, el mercado no comienza a expandirse. El uso de las TIC en la industria automovilística es todavía bastante reducido para las posibilidades que se tienen tecnológicamente. La pescadilla que se muerde la boca, queda constancia en este sector desde hace años. Pero este efecto está comenzando a producirse.
Vía Slashdot, nos volvemos a encontrar con noticias sobre el Toyota Prius y cómo aparca automáticamente y sin la intervención humana. Éste opción de parking, está disponible en los modelos del Prius y según el artículo de un periodista de Associated Press, el 80% de los clientes lo están solicitando. Independientemente de los defectos de este sistema (no válido para espacios reducidos), una cosa parece clara. Los consumidores están dispuestos a pagar por servicios TIC en los automóviles que les brinden valor añadido, y el aparcar de una manera automática (aunque sea en teoría), es un servicio por el cual están dispuestos a pagar un extra de $2.000.